Fue mi debut en el Turismo Carretera Pista.
No podía creer que en la misma pista estarían corriendo pilotos como Juan María Traverso, Luis Rubén Di Palma, El Gurí Martínez, Guillermo Ortelli…
Viernes 5
Primer entrenamiento
El primer contacto con la pista fue inolvidable… El día estaba soleado y la temperatura era alta, pleno verano.
Comencé a recorrer la pista… lo hice con mucha precaución puesto que no la había recorrido nunca. En la segunda vuelta comencé a acelerar para empezar a buscar los límites. Pude dar tres vueltas a velocidad lanzada. Me resultaba muy difícil la curva tres, después de un curvón muy rápido, esa curva tenía dos radios de giro distintos. En esas vueltas todo parecía estar perfecto y yo no salía de mi estado de conmoción.. cuando apareció la primer bandera roja… Muchos pilotos ya habían ido a visitar el pasto.

Llegué a boxes y me recibió Roberto, uno de los mecánicos del equipo del Vaco Oyhanart. Estaba sacado y no paró de felicitarme por haber sido uno de los mejores hasta ese momento.
Se reabrió la pista y en la segunda vuelta me quedé sin embrague. Di una vuelta más porque no quería bajarme más del auto, todo era como un sueño para mi. Podía andar rápido y buscar un tiempo pero mi conciencia me dijo «podés romper la caja y te vas a quedar fuera de la carrera». Entré a boxes; el Vasco revisó y me dijo que se había roto un retén y se había perdido el líquido del embrague. «Bajate!» sentenció; allí terminó mi tanda.
Primera tanda de clasificación
Al momento de poner en marcha el motor, este no arrancó. Hicieron todo lo que pudieron pero no arrancó. La amargura se apoderó de mi… debía esperar al otro día para volver a la pista desperdiciando así la primer clasificación, corriendo el riesgo de quedar fuera de la carrera. La falla la produjo el cable captor…
Sábado 6
Primer entrenamiento
Fue suspendido por la lluvia. Todo se me hacía eterno…
Segunda tanda de clasificación

Era a todo o nada. La foto muestra el momento previo a la salida. Esperamos más de media hora dentro del auto. Llovía y paraba. Dudábamos entre poner neumáticos para lluvia o no. En ese momento estaba muy sereno; sabía que iba a salir en algún momento a la pista; tanta era mi serenidad que por momentos me quedaba dormido.
Finalmente se habilitó la pista. La curva tres fue un martirio para mi. Estaba muy nervioso por poder meter un buen tiempo. Hice tres trompos en esa curva. Pude hacer una vuelta completa en la que me pase un poco al final de la recta opuesta y evité un trompo en la chicana de entrada a la recta principal. Con esa vuelta espantosa, clasifiqué décimo sexto, delante de mi compañero de equipo.
Aquí el sonido. Tener en cuenta que se usaba caja de 4ta. en H (sin caja secuencial).
Para los que tengan oído fino, desde el minuto diez segundos y hasta el minuto quince des este archivo de sonido, podrán apreciar que no puedo acelerar más debido a una barrida de trompa; al menos perdí unos 3 segundos allí. Del minuto cuarenta y tres al cuarenta y ocho se escucha el semitrompo; entré muy pasado allí perdí otros 3 segundos…
Mi inexperiencia me llevo a detenerme en boxes para revisar los neumáticos que había castigado en la maldita curva tres. Lamentablemente y repito, por mi inexperiencia, no me permitieron salir nuevamente a pista, el tiempo había terminado. Nunca debí detenerme… El vasco revisó y me dijo «Para que paraste?!!!»; tengo el audio de esa escena, pero me da mucha vergüenza; lo guardo para mí.
En definitiva solo di unas 5 vueltas completas entre el primer entrenamiento y la última tanda de clasificación. Ahora debía esperar la carrera.
Domingo, La Carrera.

El día era espectacular. El autódromo explotaba de gente. Para mi sorpresa, había llegado mi viejo, con mi vieja y mi hermana Aga con su familia. Me llamaron al celular. Estaban detras de un alambrado, en la «popu»… Caminé hasta ese lugar y no pude acercarme hasta donde estaban. Separados por una zanja, mi viejo tenía una bandera que él mismo había pintado. Era un óvalo de Ford, que en realidad decía FORZA! y abajo «Mago» (hací me llamaban en la secundaria en alusión al Mago de Maranello, don Enzo Ferrari). En ese momento senti un poco de vergüenza; la gente me saludaba y otros gritaban… «mago botón… puto…» etc. Hoy quiero morirme; mi viejo allí, alentándome. Viejo!!! cómo te extraño carajo!!! Como quisiera poder decirte que fue un gesto que no supe valorar, pero que hoy llevo en mi alma para siempre! Daría mi vida para poder volver el tiempo atrás y haber cruzado la zanja para abrazarte! Luego con el tiempo pude comprender el orgullo que sentías por mí. Cuando pare de llorar sigo escribiendo.

Llegó la carrera. En la grilla, se acercó el Vasco y me dijo… «andá tranquilo que ya hay varios motores por romperse…»; dicho y hecho; luego de la vuelta previa pude ver el humo azul delante de mí.
Largamos… salí a pelear la carrera… estaba en un estado de felicidad plena. Sentía que el auto y yo éramos una sola cosa.
Desde el puesto 16º trepé al puesto 9º en tres vueltas.
Todo marchaba perfecto. Estaba saliendo en la tele en el pelotón de adelante, algo bueno para la búsqueda de sponsors.
Veía como se despistaban otros pilotos, pasé a varios, comencé a sentir que podía ganar la carrera; esa sensación que sentía en mis inicios cuando ganaba carreras en el Gol Motor Show. Me tenía toda la fe; no sentía respeto por nadie en ese momento.
De pronto, un toque delante mío; tres autos al pasto al final de la recta opuesta… Al salir de la curva aceleré a pleno; un auto venía por el pasto; la adrenalina no me permitió levantar el pié del acelerador… El auto cruzó la pista y quedó delante de mí; me paré en el freno pero no pude evitar chocarlo en la cola; parecía que nada había pasado, seguí a fondo cuando veo que comienzó a entrar humo azul en el habitáculo. Mi copiloto (Marisela) me hizo una seña y no podía respirar bien… no quise levantar; pero al llegar a la siguiente curva, el auto se puso de costado; no pude evitar el trompo completo, el aceite había bañado las ruedas derechas; quedamos montados en le piano.
El auto se paró. Pero al querer arrancarlo, noté que no tenía presión de aceite. Todo terminó. Estaba 6º en ese momento… Salió el pace car…
Bajamos del auto y fuimos al alambrado. La gente comenzó a acercarse. Al principio tuve miedo, pensé que me iban a putear; pero, rápidamente noté que me miraban con cierta admiración. «Flaco, querés coca?». «Que te pasó?». Todos se acercaron y escuchaban mi relato; quedaron enmudecidos. Luego comprendí que antes de ser piloto fui hincha y que para la popular no es común estar tan cerca de un piloto; fue una experiencia inolvidable para mí. Todos se mostraban apenados y me alentaban.
Llegó el Vasco y me preguntó lo que había pasado… «Venias Bien! me dijo… pero La puta MADRE!».. Pensé que estaba enojado conmigo…
Finalizó la carrera. Solo llegaron 7 autos… fue una carnicería! Se dieron por todos lados. Mi compañero llegó 7º y ultimo. Me remolcaron hasta boxes. Sentía algo de culpa por lo que había pasado; sin embargo, para mi sorpresa, me recibieron como si hubiera ganado la carrera… no entendía nada…. «Saliste con el cuchillo entre los dientes!!!» dijo Roberto…, «Así se corre…», «Estabas para el podio!!» dijo Zulma, la esposa el Vasco… El Vasco maldecía a un caño de aceite que se cortó en el toque… «Por esto quedaste a fuera!, estabas para el podio…»
Paradójicamente, a mi compañero, que mal que mal, se llevaba un buen puesto, no le dijeron nada.
Me comentaron que festejaban cada sobrepaso mío, que estaban exaltados por mi actuación.