9 de Julio, 14 de marzo 1999

Empezaban los problemas de presupuesto. La firma Raíces que había dado el primer impulso, bajo por cierto, no estaba dispusta a seguir aportando por lo que había decidido no participar en esta prueba.

Anuncié mi decisión al equipo una semana antes por si quisieran alquilar el auto a otro piloto. Mientras tanto, estaba abocado a la difícil tarea de conseguir sponsors genuinos. En aquella época la actividad comenzaba los viernes con las pruebas libres y la primera tanda de clasificación. El martes, recibo la llamada de Zulma quien me indica que habían conseguido un financiador para la carrera para que pueda pagarla a 60 y 90 días; de ese modo pordría ir consiguiendo los patrocinantes paras las próximas carreras y así hacer ¨la rueda¨. Así, el viernes por la mañana estaba listo para subir al auto.

Viernes

Salí a la pista para tomar el primer contacto; no conocía este circuito; claramente, no conocía otro que no fueran La Plata, Mar de Ajó y parte del Gálvez.

La sensación de transitar los curvones peraltados del Circuito de 9 de Julio era extraordinaria. La zona de la curva plana, bien complicada y la llegada a la horquilla, pura adrenalina.

En una de las vueltas rápidas, comenzó a saltar la 3ta. marcha; eso me desconcentró bastante y tuve una salida de pista; el motor se paró; lo dejé carretear para sacarlo de la pista pero no pude colocar ninguna marcha; supuse que algo se había roto, por lo que decidí esperar el remolque; no estaba para romper nada.

Llegado al box, tuvimos una discusión de equipo que prefiero no recordar ahora. Luego de revisar el auto, no habían encontrado ningún problema; mi inexperiencia fue la causa de no poder colocar las marchas con el motor detenido y el auto en movimiento.

Salí a clasificar y no volví a tener problemas, aunque la 3ta. marcha seguía saltando; le hice señas a mi copiloto para que mantuviera la palanca de cambios mientras hacía lo mío. Se generaron algunos des encuentros; básicamente, querer cambiar de marcha y chocar con la mano de quien sostenía la palanca; pero bueno, era así.

Sábado

Hasta aquí, salvando el problema de la caja, todo era normal; el equipo prácticamente no tocó el auto luego de los entrenamientos. Llegado el momento de la clasificación me faltaba un detalle: mi copiloto en el baño. Llegó una vez iniciada la tanda; parece increíble, pero así ocurrió. Recuerdo que me enojé mucho; subió al auto, se ató; estaba pálida a punto del desmayo. Salí dispuesto a hacer mi trabajo y eso hice. Clasifiqué en el puesto 24, algo a lo que ya me iba acostumbrando en función del presupuesto y lo que se podía hacer con el elemento mecánico con que contaba.

Domingo

Recuerdo estar en la grilla y recibir la visita del dueño de Raíces, Gustavo. Me preguntó como estaba y qué plan tenía; le dije que iba a salir tranquilo a buscar sumar. Me miró con cara de pícaro y luego le dije ¨les voy a pasar por arriba¨ y nos reímos.

Era un día espectacular. La largada no incluiría la chicana al final de la recta, sino que directamente se iría a fondo ahsta la curva 1. Vuelta previa y vino la largada. Pie a fondo y sonido a pleno. Al cruzar por la zona donde se debería doblar en la chicana a partir de las siguientes vueltas; una nube de tierra y pequeñas piedras de ripio se levantó de la pista; esto, producto de no haber transitado durante los días previos por ese lugar. Al entrar en la curva uno y en momento de escalar uno o dos puestos, el motor comenzó a fallar. No lo podía creer; pensé que se paraba; pero podía seguir. La falla se manifestaba a bajas RPM y se emparejaba arriba de las 7.000 RPM. Al llegar a la horquilla por en la primera vuelta, había perdido uno puesto. La falla allí era muy notoria y en la entrada a la recta principal parecía que el motor se detendría; pero no fue así. Tiré los cambios casi a 8.000 RPM y así seguí transitando. Recuerdo ir en un trencito por unas vueltas hasta que hubo un despiste del que nos llevaba a la rastra a todos.

Saliendo de la 3da. curva plana

Ahí se liberó un poco la pista y pude ir recuperando; recuerdo ir peleando un puesto; lo pasaba entre la curva uno y dos y perdía el puesto al salir a la recta principal donde la falla era muy notoria. Nuevamente recuperaba el puesto en la zona trabada y así fuimos peleando.

Haciendo la chicana, bastante pasado

La falla en la caja era otra complicación pero aún así del puesto 25 llegué a estar noveno. En la última vuelta y con las falla cada vez más notoria, luego de la primera curva plana veo venir a dos autos disputando el puesto; venían más rápido que yo y eran pilotos que solían ir adelante; supuse que me estaban por sacar una vuelta y preferí no pelear el puesto con un auto que no daba para correrlos; lamentablemente les cedí mi posición y terminé décimo primero; si la peleaba quedaba noveno. No tenía otra información como para decidir alguna maniobra que los mantenga detrás.

Me bajé del auto con mucha bronca; el presupuesto, la falla, la adrenalina… Pero había euforia; había terminado mi primer carrera en un muy buen puesto para el orden de largada. Gustavo me felicitó y yo no lo disfruté porque me quejé del auto.

El Vasco no tardó dos minutos en quitar los chicler del carburador y sacar las piedritas que tenían dentro; no fue el auto, fue la suciedad de la pista y el filtro de la toma dinámica que no fue capaz de filtrar esa suciedad.

Nota del diario Heraldo del Oeste

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll to top