Retornar a casa. En El Gálvez fue donde todo comenzó. Desde las primeras incursiones en el Gol Motor Show hasta el campeonato de Fórumla Tico el año anterior. Esta vez llegaba de otra manera; ahora iba a transitar por el circuito 9, el grande; hace el mítico Curvón Salotto; la Chicana de Ascari y todo a otras velocidades.
Viernes 30 de Abril
Recuerdo haberme cruzado con dos pilotos de la Tico con los que había corrido el año anterior. Alejandro López, campeón 98 de la Tico y Daniel Cunto, 3ro. en ese campeonto; con Daniel habíamos tenido un incidente bastante complicado y una discusión muy fuerte en boxes en una carrera, algo que tiempo después supimos aclarar.
Recuerdo que ese encuentro fue gratificante para mi. Si bien noté cierta distancia de López, Daniel Cunto se mostró feliz de verme allí; hizo algunos comentarios sobre estar siguiendo mi campaña. En un momento hablamos de Russo, otro piloto que estaba compitiendo en la monomarca Gol y contamos que seguía haciendo señas a sus seguidores, algo que solía hacer en la Tico; se trataba de señas tendientes a tirar juntos, indicando momentos de frenadas, etc. Pero Daniel me miró y dijo ¨ahí arriba no tenés tiempo de hacer ninguna seña, no?¨. Fue una muestra de respeto que valoré mucho.
Nos dimos la mano con López pero con Daniel nos dimos un abrazo..
Primer entrenamiento
Salir de los boxes arriba de un TC Pista en el Gálvez fue inolvidable. Para ese entonces estaba totalmente hermanado con El Chueco (el auto). A poco de andar ya me sentía en casa, aún transitando sectores que no conocía; pero todo era disfrute. Recuerdo que el Chueco no entraba bien en la horquilla; barría la trompa, pero hacía el curvón Salotto como si fuera por vías de un tren, a la perfección. A esta altura, mi copiloto Marisela se había bajado ya que su novio no la dejaba; sin comentarios. En esta carrera me aompaño Atilio Frassinelli; un jóven piloto cuya familia era amiga de los Oyhanart.
Don Frassinelli, el papá de atilio, se ubicó en la curva uno durante la primera tanda de entrenamientos y desde allí me tomaba los parciales.
Finalizada la tanda y al llegar al box, Don Frassinelli se acercó y me dijo, ¨tenés que hacer el curvón a fondo¨. Creo oportuno aclarar lo que significa esto para quienes no subieron nunca a un auto de carreras. El curvón Salotto comienza al final de una recta de unos 800 metros; es una curva de radio variable que también mide unos 800 a 840 metros. Lo que me pedía Frassinelli era que al entrar al curvón, no quite el pié del acelerador, es decir, que siga con el pedal a fondo. Hay que tener en cuenta, que a esa recta previa al curvón, se ingresa a unos 80 km/h, por lo que la velocidad de entrada al curvón estaría en el orden de los 200 km/h. Previo al curvón (solo en Argentina) había un salto en el asfalto que desacomodaba bastante el auto.
Hay una anécdota sobre esta situación, la llamé ¨El Mito del Curvón Salotto¨
En la tercera vuelta hice el primer intento; sin levantar, encaré el Salotto; la adrenalina a pleno. A medio curvón, la cola venía muy suelta; iba contravolanteando para mantener el radio; finalizando el curvón, la trompa no obedecía y terminé muy ancho en la entrada a la recta opuesta; pasamos por encima del ancho piano, cuando la trasera izquierda mordió la tierra; en ese momento, la cola nos pasó y fuimos al pasto marcha atrás, aproximadamente unos 100 metros. Enderecé el auto y seguimos para encarar nuevamente la vuelta.
Volví a entrar a fondo, así como venía desde la primer chicana, pero esta vez fui llevándolo por otro radio para poder salir bien armado a la recta opuesta, sin levantar el pié del acelerador; salió perfecto. La sensación fue realmente increíble.
Al llegar al box, todo era euforia; Atilio estaba sacado! Yo estaba muy satisfecho y Don Frassinelli me felicitaba! Tenía parciales realmente excelentes en el curvón; claro que penaba en la horquilla, pero lo importante era hacer esa diferencia allí. Si mal no recuerdo me ubiqué 10mo. en la clasificación general sobre unos 50 autos.
Mi viejo estaba en la terraza de boxes y desde allí tomó este vídeo.
Primera tanda de Clasificación
En la segunda vuelta, al entrar en la chicana al final de la recta, los neumáticos fríos hicieron que fuera directo al piano externo; la trompa no obedeció. Esta chicana se había construido para esta carrera para bajar la velocidad de la S del Sirvo donde normalmente se producían muchos incidentes en las largadas de TC. El piano externo era muy alto y terminaba en forma abrupta generando un desnivel de unos 30 o 40 centímetros; al no poder ¨embocar¨ la trompa, decidí forzar la salida de pista en forma perpendicular al piano e ir directamente al pasto; de esta forma evitaría romper algún elemento de la suspensión en ese desnivel. Pero ésto no fue gratis; el auto voló un poco; caímos de trompa al pasto e hicimos dimos unos cuantos saltos hasta poder acomodar el auto para regresar a la pista.
No noté nada raro; pero al llegar a los boxes, los tiempos eran malísimos. Estaba a dos segundos de mi compañero y a 4 segundos de la punta.
Sábado 1 de mayo.
En los entrenamiento de la mañana no lograba bajar el tiempo. Comentando con el Vasco, éste comenzó a revisar el auto y al comprobar la alineación, notó que estaba muy abierto. Desarmaron la suspensión delantera y allí apareció el problema; dos bulones de las parrillas doblados producto de la salida de pista de en la chicana.
Segunda tanda de clasificación.
Logré bajar un segundo para ubicarme en el puesto 27 de la grilla, fila 14, a 8 décimas de mi compañero que tenía el auto dos generaciones más avanzado.
Domingo, la carrera.
El autódromo estaba a pleno. Fue la primera vez que vi tanta gente estando del otro lado de las tribunas. En mi caso, ver esta cantidad de público era más un incentivo que una preocupación y mucho menos presión. Estaba mi viejo en boxes y me tomó esta foto mientras me acomodaba en el auto.


Todo estaba listo y yo muy tranquilo.

Luego de la vuelta con Pace Car, al entrar a la recta principal, no alcanzo a ver el semáforo pero sí escucho el estruendo de los motores a pleno, por lo que planché el acelerador a fondo. La primera pasada se hacía por la S del Siervo y las demás vueltas por la maldita chicana. Todo fue ordenado. Pude superar al auto que me precedía y colocarme bien en la fila india detrás de Peroni en el puesto 25.
En la segunda vuelta, Peroni había superado a Fancio y yo ya lo tenía a tiro.
Al cumplirse la 6ta. vuelta me encontraba en el puesto 15 detrás de Peroni y Fancio. Luego de la recta corta que lleva al Salotto, Fancio estaba tratando de recuperar el puesto que había perdido con Peroni. Eso me dejó la posibilidad de intentar el sobrepaso en el Salotto y por fui por la maniobra. Fancio entró abierto y yo busqué la cuerda interna ya que El Chueco doblaba como yo le ordenara. A mitad del curvón, Fancio cerró su marcha buscando entrar cerrado a la recta opuesta; claramente no me vio. No tuve más alternativa que frenar para evitar un accidente de proporciones. El auto de Fancio rozó mi trompa y mi auto se desacomodó, comenzando a zigzaguear la trompa; con varios contravolanteos, logré evitar el trompo, quedando completamente detenido y cruzado sobre el curvón con el motor detenido. No creo haber podido resolver la maniobra de otra forma. Pasaron unos 20 autos sin impactarnos; creo que fue la mano de Dios.
Aquí la repetición de la maniobra.
Puse en marcha el auto y retomé la marcha. Estaba último. Luego de la adrenalina al máximo por el temor de haber recibido un impacto de otro auto, rápidamente recuperé la concentración y el ritmo. Fuero 9 vueltas de puro placer. Creo que se transformó en una de mis mejores actuaciones, al menos, la que más disfruté. Desde el último puesto al puesto final 19. En el Salotto me hacía una fiesta pasando autos; incluso recuerdo haber pasado dos juntos en el mismo curvón. Llegué a boxes muy feliz.



