
Empezaban los problemas de presupuesto. La firma Raíces que había dado el primer impulso, bajo por cierto, no estaba dispusta a seguir aportando por lo que había decidido no participar en esta prueba.
Anuncié mi decisión al equipo una semana antes por si quisieran alquilar el auto a otro piloto. Mientras tanto, estaba abocado a la difícil tarea de conseguir sponsors genuinos. En aquella época la actividad comenzaba los viernes con las pruebas libres y la primera tanda de clasificación. El martes, recibo la llamada de Zulma quien me indica que habían conseguido un financiador para la carrera para que pueda pagarla a 60 y 90 días; de ese modo pordría ir consiguiendo los patrocinantes paras las próximas carreras y así hacer ¨la rueda¨. Así, el viernes por la mañana estaba listo para subir al auto.
Viernes
Salí a la pista para tomar el primer contacto; no conocía este circuito; claramente, no conocía otro que no fueran La Plata, Mar de Ajó y parte del Gálvez.
La sensación de transitar los curvones peraltados del Circuito de 9 de Julio era extraordinaria. La zona de la curva plana, bien complicada y la llegada a la horquilla, pura adrenalina.
En una de las vueltas rápidas, comenzó a saltar la 3ta. marcha; eso me desconcentró bastante y tuve una salida de pista; el motor se paró; lo dejé carretear para sacarlo de la pista pero no pude colocar ninguna marcha; supuse que algo se había roto, por lo que decidí esperar el remolque; no estaba para romper nada.
Llegado al box, tuvimos una discusión de equipo que prefiero no recordar ahora. Luego de revisar el auto, no habían encontrado ningún problema; mi inexperiencia fue la causa de no poder colocar las marchas con el motor detenido y el auto en movimiento.
Salí a clasificar y no volví a tener problemas, aunque la 3ta. marcha seguía saltando; le hice señas a mi copiloto para que mantuviera la palanca de cambios mientras hacía lo mío. Se generaron algunos des encuentros; básicamente, querer cambiar de marcha y chocar con la mano de quien sostenía la palanca; pero bueno, era así.
Sábado
Hasta aquí, salvando el problema de la caja, todo era normal; el equipo prácticamente no tocó el auto luego de los entrenamientos. Llegado el momento de la clasificación me faltaba un detalle: mi copiloto en el baño. Llegó una vez iniciada la tanda; parece increíble, pero así ocurrió. Recuerdo que me enojé mucho; subió al auto, se ató; estaba pálida a punto del desmayo. Salí dispuesto a hacer mi trabajo y eso hice. Clasifiqué en el puesto 24, algo a lo que ya me iba acostumbrando en función del presupuesto y lo que se podía hacer con el elemento mecánico con que contaba.
Domingo
Recuerdo estar en la grilla y recibir la visita del dueño de Raíces, Gustavo. Me preguntó como estaba y qué plan tenía; le dije que iba a salir tranquilo a buscar sumar. Me miró con cara de pícaro y luego le dije ¨les voy a pasar por arriba¨ y nos reímos.
Era un día espectacular. La largada no incluiría la chicana al final de la recta, sino que directamente se iría a fondo ahsta la curva 1. Vuelta previa y vino la largada. Pie a fondo y sonido a pleno. Al cruzar por la zona donde se debería doblar en la chicana a partir de las siguientes vueltas; una nube de tierra y pequeñas piedras de ripio se levantó de la pista; esto, producto de no haber transitado durante los días previos por ese lugar. Al entrar en la curva uno y en momento de escalar uno o dos puestos, el motor comenzó a fallar. No lo podía creer; pensé que se paraba; pero podía seguir. La falla se manifestaba a bajas RPM y se emparejaba arriba de las 7.000 RPM. Al llegar a la horquilla por en la primera vuelta, había perdido uno puesto. La falla allí era muy notoria y en la entrada a la recta principal parecía que el motor se detendría; pero no fue así. Tiré los cambios casi a 8.000 RPM y así seguí transitando. Recuerdo ir en un trencito por unas vueltas hasta que hubo un despiste del que nos llevaba a la rastra a todos.
Ahí se liberó un poco la pista y pude ir recuperando; recuerdo ir peleando un puesto; lo pasaba entre la curva uno y dos y perdía el puesto al salir a la recta principal donde la falla era muy notoria. Nuevamente recuperaba el puesto en la zona trabada y así fuimos peleando.
La falla en la caja era otra complicación pero aún así del puesto 25 llegué a estar noveno. En la última vuelta y con las falla cada vez más notoria, luego de la primera curva plana veo venir a dos autos disputando el puesto; venían más rápido que yo y eran pilotos que solían ir adelante; supuse que me estaban por sacar una vuelta y preferí no pelear el puesto con un auto que no daba para correrlos; lamentablemente les cedí mi posición y terminé décimo primero; si la peleaba quedaba noveno. No tenía otra información como para decidir alguna maniobra que los mantenga detrás.
Me bajé del auto con mucha bronca; el presupuesto, la falla, la adrenalina… Pero había euforia; había terminado mi primer carrera en un muy buen puesto para el orden de largada. Gustavo me felicitó y yo no lo disfruté porque me quejé del auto.
El Vasco no tardó dos minutos en quitar los chicler del carburador y sacar las piedritas que tenían dentro; no fue el auto, fue la suciedad de la pista y el filtro de la toma dinámica que no fue capaz de filtrar esa suciedad.
