Capítulo 1, Viajemos en moto
Pasada la primera experiencia sobre la moto y con gran entusiasmo, nos propusimos planear un ambicioso viaje para el verano siguiente. El plan consistía en llegar a Salta en nuestro auto, alquilar nuevamente una moto en Moto Alquiler Salta y desde allí, dirigirnos a Humahuaca. Desde allí, transitar la ruta provincial Setenta y Tres para cruzar hacia Calilegua, pasando por Santa Ana, Valle Colorado, San Francisco. Luego retornar a la quebrada de Humahuaca, visitar Iruya y posteriormente introducirnos en la Puna para llegar a Cusí Cusí, Casabindo y otros parajes puneños. Desde allí dirigirnos al sur por la RN40 para llegar a San Antonio de los Cobres, hacer noche allí y al día siguiente llegar a Tolar Grande. Un delirio absoluto.

Mientras escribo, me doy cuenta de la locura que teníamos en la cabeza, sobre todo yo. Claro que puesto en un mapa, las distancias no eran tan largas; hablamos de tramos de 160 a 200 kilómetros máximo por día en caminos de montaña.
Hasta este momento, nuestros viajes al NOA en verano, habían sido beneficiados por buen tiempo, salvo una experiencia previa en el año 2008, donde tuvimos mucha lluvia en la provincia de Salta; pero los demás viajes nos habían endulzado con tiempo seco. Error; grave error.
Aquí vamos. Compré un bidón de 8 litros de combustible, sabiendo que en algunos de esos tramos no tendría otro modo de abastecerme de combustible. Punto para mí. Hombre previsor.
En cuanto a la ropa, seguíamos sin contar con ropa adecuada; compramos pantalones de tracking livianos de secado rápido; calzones térmicos largos y guantes.
Realicé la reserva de la moto y el 12 de enero de 2013, partimos para Salta. Salimos temprano por la mañana y llegamos a la ciudad de Salta caída la tarde. A unos 120 kilómetros de Salta, el compresor del aire acondicionado del auto, se clavó, recalentando la correa. Procedí a cortarla y así llegamos a Salta.
Al día siguiente, firmes frente a Moto Alquiler Salta. Carlos, como siempre, nos esperaba con la moto lista. Tras comentarle sobre el percance que habíamos tenido con el aire acondicionado del auto y pedirle información sobre algún lugar donde llevar el auto, Carlos ofreció llevarlo él para tenerlo listo al regresar de nuestro ambicioso viaje.
Mientras nos preparábamos, llegó una señorita oriunda de Noruega. Carlos me preguntó si tendríamos algún problema de llevarla con nosotros hasta Purmamarca, ya que viajaba sola y él se sentiría más seguro si salía de Salta con nosotros. Era una motocilista experimentada; al menos, tenía moto en su país, no como nosotros, claro.
Era un día nublado, con ganas de llover. Cargamos todo en la moto y partimos. La idea era llegar a la Quebrada de Humahuaca por el camino de cornisa de la antigua RN9, unos 230 kilómetros.